Algunos saben que el mar no es sólo la superficie.
Los seres humanos se relacionan entre sí, eso está claro... lo dicen los litros de alcohol que se consumen en los bares, las altas facturas de teléfono (supuestamente hablan entre sí) y el incremento de las enfermedades de transmisión sexual.
Yo también lo hago. Hablo con mis compañeros de trabajo: les pregunto por el finde, me cuentan a qué alta hora de la madrugada se acostaron, los cubatas que se tomaron, y me enseñan por el tuenti las fotos de lo guapos que se ponen el saturday night con camisetas marcando los pectorales (ellos) y escotes con canalillos conseguidos a fuerza de sujetadores bien apretujados (ellas). Hablamos de cuál es tamaño medio del pene en realidad, de si importa (sí, mucho) y de cómo hacer que una mujer se acueste con uno a los cinco minutos de conocerla. La verdad es que sí, nos reímos... pero ahí queda la cosa.
No se habla demasiado de los planes de futuro. De lo que se le pasa a uno por la cabeza cuando no puede dormir. Del deseo que se pide cuando se sopla una vela. Tampoco se habla del estado de las relaciones parejiles, ni de los problemas familiares. No son cosas de las que convenga hablar con todo el mundo, por supuesto. Pero son asuntos que es necesario tener en cuenta, que son importantes, y que unen a las personas cuando se habla de ellos entre dos.
A veces me cansa esta farsa. Sólo se puede mostrar la cara A, hay que guardar la sensibilidad y los sentimientos bajo 7 llaves para que nadie los vea, para que todos sigan creyendo que somos poderosos, cools, divertidos y siempre sonrientes, con la ocurrencia chistosa en la punta de la lengua.
Me consta que hay compañeros en mi trabajo que han follado entre ellos. Han llegado al punto de confianza de quitarse los disfraces que cubrían su cuerpo, y mostrarse tal cual vinieron al mundo, el uno al otro. Ahí no valen rellenos, ni ropas favorecedoras. Se acariciaron durante unas horas, sus fluidos íntimos se mezclaron entre sí, se intercambiaron las babas y se corrieron uno en brazos del otro. Seguramente estuvieron tranquilos y confiados al hacer ésto... pero llegó el momento de después del orgasmo, ¿acaso hay un instante en el que se sea más vulnerable, tanto física como emocionalmente? en ese momento ya no valen conversaciones estudiadas, ni miradas de manual. Ahí, se volvieron a poner la coraza, se cerró el alma, se acorazaron los sentimientos mientras se permanecía con el culo al aire. Luego se saludan con un "hola guapa". Y a eso se le llama vivir la vida, disfrutar del sexo sin compromiso. Es lo deseable, según muchos y muchas. Puede ser placentero, muchísimo... pero es la salida fácil, para no implicarse, para no sentir más de la cuenta, para que nada nos duela. Cambiando de pareja sexual cada mes no da tiempo a encariñarse demasiado.
Y a eso, los entendidos en neologismos, le llaman "follaamistad". Pero qué cojones...
¿Qué clase de relaciones son las que establecemos hoy en día? Relaciones de papel, de cartón piedra, fotoshopeadas y de usar y tirar, como pañuelos de papel llenos de mierda... La persona más válida del mundo se quedará sola en cuanto se atreva a pedir algo más profundo.
Ah, humanos... cómo os compadezco.
6 comentarios
Mario Cavara -
grifo -
¡HAS DESCUBIERTO LA SOPA DE AJO!
Gema -
kneda -
Olé!
El Marinero -
Frik -