Blogia
Paranoias de una friky

Imágenes oníricas recurrentes.

Ah, buenas.

Normalmente sueño las cosas más absurdas del mundo. Todas las gilipolleces que existen en el universo están in my mind.

Sin ir mas lejos, el otro día soñé que estaba con más gente en la casa de mi difunto abuelo. De una, aparece y empieza a contarnos batallitas de sus años mozos. Una de las personas que estaban conmigo, se me acerca y me dice al oído: oye, ¿tu abuelo huele un poco extraño, no?. Y yo le dije: Joder, lleva 5 años muerto, ¿qué quieres? Sorprendido

 

Un profesor alemán de filosofía medio loco que tuve, decía que no importa lo absurdo de los sueños, a no ser que ser repitan continuamente, que eso quiere decir algo. Muchas veces sueño lo mismo: estoy con la gente con la que me juntaba en el colegio, cuando tenía 13-18 años, con mis amigas de esa época (con las que no tengo contacto, con ese atajo de arpías que se aprovechaban de mí y sólo estaban cuando les convenía, esas, sí.) En el sueño, lo pasamos muy bien juntas, y somos amigas del alma. También aparece un gilipollas que iba conmigo a clase, el que se pasó toda la EGB diciéndome gorda, fea, y que guardaba un gran parecido con la duquesa de Alba. En los sueños, siempre liga conmigo, me abraza, me besa, y a veces me folla. No viene al caso, pero fuera del mundo de los sueños, me lié con su hermano, que estaba bien bueno y era un cielo, y me encargué de que él se enterara, cosa que me provocó una gran satisfacción. En fin. No es que me gustara ese indeseable, ni por asomo. Me daba bastante asco. Pero aun así, en los sueños me reconforta tener contacto erótico-amoroso con él.

Es posible que muchos de mis traumas e inseguridades se remonten a aquella época, en la que me daba vergüenza ir al colegio por si se metían conmigo, hablar porque se reían de mi voz, sacar buenas notas porque me decían empollona y ponerme ropa de colores vivos que me hiciera destacar. Muchas de esas tonterías han quedado atrás, pero otras no. Hay algo dentro de mí que cuando ve que he engordado un kilo (uno solo, un puñetero kilo que no se nota, y que puede ser debido a que no he cagado ese día) hace que me sienta como en aquella época. A veces siento deseos de venganza contra ese imbécil, que como era tan "salao", hacía que todos los de la clase le rieran las gracias cuando se metía conmigo. Hay escenas de esa época que recuerdo con todo lujo de detalles, incluso palabra por palabra.

Un día me levantaré con mal humor y... y... le pondré una compresa usada en el buzón. Soy carne de psiquiatra. Gñé.

 

0 comentarios