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Paranoias de una friky

De bodas ajenas

Ayer me cambié la camisa negra por un vestido de fiesta morado, cuya fotografía adjuntaré cuando encuentre el cable usb del móvil. Era la boda de mi primo en Madrid,y hacia allí nos dirigimos un autobús de gañanazos procentes de Albacete.

Una vez llegados allí lo primero que me dijeron es que si yo era yo, que hace 7 años, cuando me vieron por última vez, no era igual que ahora. Bueno, la verdad es que no siempre he pesado 55 kg... Mi otro primo se me abrazó efusivamente, palpándome más allá de lo políticamente correctos. El banquete fue ligeramente decepcionante. Me quedé hasta con hambre, macho. Luego nos fuimos a la barra libre y allí el consabido espectáculo de cuerpos danzantes y calenturientos, donde mis primos terceros me tiraban los tejos ajenos a mi rechazo, y sin que éste les desanimara lo más mínimo. Eché bastante de menos a Fer, que se quedó en casa reposando, ya que el médico le dijo que evitase las emociones fuertes, y dado que padece timidez patológica y sólo conoce a mis padres y a mi hermana, decidí evitarle el trago. Me ausenté del círculo de bailarines para mear. Miro detrás mía, y veo a las novias de mis primos, y a ítems femeninos desconocidos hacerme escolta hacia el wáter, y meterse conmigo en un cubículo de 1x1 metros para miccionar. Cinco tías mirándome bajar las bragas, sin nisiquiera darse la vuelta.

- Eh... yo es que si hay tanta gente no puedo mear.

Y una de ellas abre el cerrojo, ofendida, y sale seguida de otra, mientras las demás mujeres que están fuera me ven con las bragas de corazones en los tobillos. Las otras tres no se inmutan y me siguen mirando. Creen que por haberles dejado el pintalabios nos hemos hecho amigas íntimas. Con esfuerzo me sale el chorrete. Las otras dos se ponen a mear también, obligándome a asistir a tan dantesco espectáculo.

El dj anuncia a las 3 que el autobús destino a Albacete partirá en breves instantes. Toda la discoteca nos mira pensando: -Ji ji, de Albacete. Pido el micrófono y grito GAÑÁN mientras el público me ovaciona.

En el autobús, me siento ocupando dos sillas para cerrar los ojos. Uno de los primos lejanos anteriormente citados se intenta sentar a mi lado. Me descalzo. Bostezo. Digo que me mareo y suelo vomitar. Llamo a Fer por teléfono. Me quito cosas de entre los dientes con un palillo. Ni con esas se va. Le digo que quiero dormir y necesito estirarme. Por fin se levanta.

Llegamos a Albacete a las 6 y media de la mañana, y me tomo un tazón de cereales porque estoy traspellá. Esta ha sido la boda en la que tan bien nos han alimentado. Un saludo a los novios si me leen.

2 comentarios

Gema -

80 no, pero 60 y pico largos si... Es que la calentura nos viene de familia.

Polluelo -

Bailaste el chikichiki ? :O

Antes pesabas 80 kg ?

Que guarretes son tus primos. Incesto !!