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Paranoias de una friky

Quiero mi prestación por desempleo en la cuenta. Y la quiero ahora.

Esta mañana he tenido que volver a la oficina del paro. La causa ha sido que estando a día 16, aún no me había llegado la gloriosa y placentera prestación que me permite tomar cañas y tapas sin demasiado remordimiento de conciencia.

 

Una vez allí, he sacado mi número. 59 personas delante de mí. Ante la perspectiva de pasar un buen rato allí, me he dejado poseer por cierto observador omnisciente que me rondaba el alma esta mañana y me he dedicado a observar y a analizar al personal.

Los extranjeros me miraban con cierta inquina. Asquerosa españolita bien vestida- pensaban seguramente con su bolsa de mercadona llena de ajos al lado-.

Los españoles los mirábamos con parecido sentimiento a ellos. Me ha dado pena y ganas de llorar la situación, y me he salido a la puerta. Luego me he ido a dar una vuelta. He desayunado. Me he fumado un cigarro (no, no fumo, pero uno al día me resulta imprescindible últimamente)

 

Por fin me han atendido, y un funcionario dulcísimo me ha hecho recuperar un poquito la fe, y sonreir. Dice que era cosa del banco, que ellos ya habían ordenado el ingreso. Rumbo al banco. La imbécil de la cajera me empuja al precipicio de la realidad humana diciéndome que le dé más datos, que con sólo mi cara no me lo sabe solucionar. Le doy el DNI. Perezosamente, se pone a teclear, y dice que ha bailado un número; con una dejadez que me indica que está ignorando completamente el pantallazo que le indica que soy cliente especial y tengo contratados varios servicios financieros con ellos. Ascopena. No dejar salir al monstruo, no dejarlo salir- me repetía una voz interior. Le he hecho caso, me he calmado cuando me ha ingresado el dinerete y me he ido dándole las gracias encima. El lado derecho de mi alma se retorcía deseando salir.

 

Y qué cojones pasa con los de ONO? La conexión a Internet falla y ya he reiniciado 6 veces el router. Benditos vecinos que no han leído mi post de cómo cifrar la red wifi. Prr.

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